Una historia detrás de los cuentos...

La grabación de Cuentos de Terror comenzó bastante inconexa. Rara vez coincidíamos en el estudio, y excepto Gaby y Fer (que pasaban días enteros trabajando sobre los demos) los demás nos manteníamos algo apartados. Habíamos discutido mucho sobre cómo encarar nuestro tercer disco, y quizás ese disenso inicial (sumado a las problemáticas individuales de cada uno de nosotros y a un desgaste lógico tras 8 años de trabajo) provocó que en las primeras sesiones no se viviera el clima de euforia que si existió en los dos discos anteriores.

Particularmente yo estaba en otra sintonía. Había participado activamente en la pre producción del disco aportando varias canciones, pero no estaba demasiado convencido acerca de la dirección a la que tendríamos que apuntar, algo que si tenía en claro el resto de la banda. Por suerte…

En mi “ausencia”, Miguel hizo un trabajo sobresaliente en las baterías, supervisado por los “productores-estrellas” y Guille armó unas contundentes líneas de bajo. Definitivamente (y a pesar de los lógicos retoques posteriores) la base estaba. Y era demoledora.

Cuando entré al estudio a grabar (siempre acompañado de Guille, que por esos tiempos se había convertido en mi “socio del silencio”) la mayoría de las pistas estaban plantadas. Una de las cosas que más recuerdo es el placer que me dio tocar sobre un disco bastante avanzado.

Fueron 4 sesiones de unas 4 horas cada una. Muchos de los arreglos surgieron ahí. Trabajar con Gaby en las guitarras fue muy fácil, porque él sabía de antemano qué era lo que yo podía aportarle al disco, y eso me permitió trabajar mis ideas dentro de su propia idea. Y gracias a eso creo que toqué y grabé las mejores guitarras de mi vida.

Y cuando Guille regrabó el bajo de “Todas Las Promesas Rotas” (última pista grabada del disco) y lo escuchamos entero en el estudio, me alegré de haber estado confundido en un primer momento: es el mejor disco que podíamos haber hecho.

JM